Instalación de Aerotermia con suelo radiante en Madrid

Suelo radiante tiene varias ventajas. En primer lugar, proporciona una sensación de confort térmico, ya que el calor se distribuye de manera uniforme en toda la habitación. Además, al utilizar la inercia térmica del suelo, se logra un ahorro energético, ya que el sistema puede funcionar a temperaturas más bajas que otros sistemas de calefacción tradicionales. También es un sistema silencioso, ya que no produce ruidos ni corrientes de aire

En algunas ocasiones, no es posible utilizar el Suelo radiante debido a diferentes motivos. Por ejemplo, si tenemos un pavimento histórico que no se puede modificar, o en oficinas que tienen suelos técnicos que no permiten la instalación del sistema. En estos casos, se pueden utilizar las paredes o los techos como sistema de emisión de calor.

En resumen, el Suelo radiante es un sistema de calefacción que utiliza el pavimento como fuente de calor para calentar nuestro hogar. Es un sistema eficiente, confortable y silencioso, que proporciona una distribución uniforme del calor en toda la habitación. Sin embargo, en algunos casos, no es posible utilizar el Suelo radiante y se deben buscar alternativas como las paredes o los techos.

El Suelo radiante funciona mediante un sistema de generación de calor, como una caldera, una bomba de calor o la captación solar. Este sistema de generación de calor transfiere el calor al suelo, que luego lo emite de manera gradual y constante hacia el ambiente de nuestro hogar.

Sí, se trata de una solución energética que siempre es posible realizar, de igual manera se podrá realizar en viviendas de carácter unifamiliar o pisos en el mismo centro de Madrid, eso sí, la solución a implementar puede variar de un caso a otro siendo, en cualquiera de los casos, sujeto de estudio previo de forma profesional, técnica  y con aprobación previa de nuestro equipo de ingenieros.

El suelo radiante trabaja con agua a baja o media temperatura, justo el rango donde la aerotermia ofrece su máximo rendimiento estacional. La gran superficie emisora reparte el calor de forma homogénea, sin corrientes ni estratificación, y puede diseñarse para refrescar en verano con un confort muy suave. El resultado es una temperatura estable y un consumo contenido. Además, al quedar oculto bajo el pavimento, libera espacio en paredes, mejora la estética y reduce el polvo en suspensión.

Sí, se puede hacer refrescamiento con suelo radiante si se controla el punto de rocío. Para evitar condensaciones se combinan sondas de humedad y temperatura con una regulación que limita la temperatura del agua fría según condiciones interiores. En días muy húmedos se puede apoyar con deshumectación o ventilación controlada. Bien planteado, el sistema ofrece frescor homogéneo y silencioso, sin chorros de aire. El confort estival es alto y la vivienda mantiene una sensación agradable durante todo el día.

El presupuesto depende de los metros cuadrados, el tipo de pavimento y aislamiento, el número de colectores, la longitud de circuitos y el nivel de control por zonas. También influyen demoliciones, recrecidos y acabados del suelo. En viviendas tipo, el circuito de suelo y la obra asociada representan buena parte de la inversión, a la que se suma la bomba de calor y el depósito de ACS si procede. Tras la visita técnica elaboramos un presupuesto cerrado y un calendario de obra para coordinar gremios.

Tras el estudio, planificamos por fases: preparación del soporte, colocación de aislamiento y paneles, tendido de tuberías, instalación de colectores, vertido de mortero o anhidrita y su curado, y finalmente colocación del pavimento. En paralelo instalamos la bomba de calor y la hidráulica, además del control por zonas. Los tiempos varían según superficie y acabados, pero siempre entregamos un cronograma claro para coordinar gremios y minimizar molestias. Finalizamos con pruebas, equilibrado y puesta en marcha.

El confort es muy alto: la temperatura es uniforme y estable, sin puntos fríos ni corrientes. Al trabajar con temperaturas moderadas, la aerotermia mejora su rendimiento y reduce el consumo respecto a radiadores de alta temperatura o equipos de expansión directa. Además, el sistema es silencioso y no ocupa espacio visible, lo que mejora la estética y la limpieza. La zonificación por estancia evita sobrecalentamientos y ajusta el uso real, ayudando a controlar la factura anual de energía sin renunciar al bienestar.